A LA FAMILIA Y A LA COMUNIDAD
1 ¿Cuáles son las barreras para la inclusión?
COMPARTIR UN JUGUETE
COMPARTIR EL MOMENTO DE LA ALIMENTACION
ACTIVIDADES EN LAS QUE SE NECESITAN DOS
PARES TUTORES
1-ENFOCARSE EN EL MODELO
“Mira a Juana!”
2 - PEDIRLE QUE IMITE
“Haz esto”
Esta es la forma adecuada de pedirle que imite
3– GUIARLO PARA IMITAR
4 -ELOGIARLO POR IMITAR
5- IMITAR AL NIÑO
D - Comunicar deseos e intereses.
Lloran, se hacen daño a sí mismos o a otros.
“¿Quieres dar un jugo a mí?”
“Luis, quieres agua?”
“Quieres parque”
Elaborar una lista de lo que le gusta al niño o niña.
“A Juan le encantan las chocolatinas, las burbujas de jabón…”
Hacer dibujos y pegarlos en fichas o pedazos de cartón.
E - Usar los objetos para lo que son.
1 ¿Cuáles son las barreras para la inclusión?
Es muy frecuente que por sus características, se excluya a las niñas y a los niños con autismo de las actividades familiares, sociales, recreativas y educativas.
En algunos hogares, uno de los padres puede mostrar actitudes de rechazo hacia los comportamientos de su hijo o hija.
Algunos jardines infantiles se niegan a recibirlos, o plantean que no los pueden dejar allí.
En algunos hogares, uno de los padres puede mostrar actitudes de rechazo hacia los comportamientos de su hijo o hija.
Algunos jardines infantiles se niegan a recibirlos, o plantean que no los pueden dejar allí.
“No lo podemos recibir pues el personal de nuestra institución no está capacitado, le sugerimos buscar un lugar especializado.”
Desafortunadamente, los padres de familia pueden hacer comentarios como por ejemplo:
“¿Por qué recibieron a ese niño aquí? No quiero que mi hijo esté en su mismo grupo, porque de pronto se comienza a comportar igual.”
Todo esto sucede porque no comprenden que son niños y niñas con los mismos derechos, que también pueden aprender y no se han puesto en su lugar.
Otras barreras para la inclusión son las ideas equivocadas que tienen sobre el autismo o sobre su educación. Entre ellas:
Se cree que no necesitan a los demás y que están muy a gusto cuando están solos.
Se piensa que es injusto enseñarles a estar con otros niños, pues forzarlos a interactuar iría en contra de su naturaleza.
Se piensa que implicarán doble trabajo a la jardinera, especialmente si no saben ir solos al baño o avisar cuando desean ir.
En realidad, el niño o la niña con autismo, puede estar interesado en jugar o participar de las actividades que disfrutan otros niños o niñas, pero no sabe cómo hacerlo.
Si se le brinda el apoyo o se le enseña cómo participar, obtendrá muchos beneficios al hacer parte activa de los diferentes entornos.
Al respecto, una educadora dice:
“Al comienzo parecía que no había posibilidad de entrar en su mundo, pero ¡si se puede! El autismo es muy diferente de lo que nos muestran en la televisión, en la que se ven niños con autismo que se apartan totalmente de su entorno.”
“A lo mejor antes nadie creía que se podía hacer algo con ellos y por eso se mantenían tan apartados. Pero ahora vemos que si se puede; ¡éramos nosotros quienes no queríamos entrar en su mundo!”
“Los padres somos los que tenemos que velar porque los derechos de nuestros hijos se hagan realidad; si nos damos cuenta de que en el lugar donde asiste el niño no hacen nada por él, no nos podemos quedar de brazos cruzados”
2 ¿Cuál debe ser el papel de los adultos frente a la inclusión?
Para poder hacer realidad la inclusión, se requiere, por un lado, una actitud favorable, y por otro, una serie de estrategias prácticas.
Entre las actitudes más favorables de parte de los adultos, están aceptar la realidad y ser persistentes.
A - Aceptar la realidad.
Muchos padres, madres, cuidadores o educadores se niegan a creer que el niño o niña presenta autismo, pues físicamente lo ven como los demás o porque es muy inteligente para algunas cosas.
Reconocer sus diferencias es importante para convencerse de la necesidad de ayudarle.
Una madre dice: “Debemos asumir que el autismo es una realidad, sin romanticismos, sin pensar simplemente que es su personalidad o que es bueno que vea distinto el mundo; si negamos el autismo, entonces no actuamos, lo dejamos pasar, perdemos tiempo”.
En ocasiones, esto se complica cuando otras personas o profesionales insisten en que al niño o niña no le pasa nada y terminan convenciendo a los padres y madres.
Lograr que los padres y las madres acepten la realidad no es algo inmediato.
Si reciben informes sobre su hijo o hija, es importante que les señalen las diferencias respecto a los demás niños y niñas, pero también que les mencionen los aspectos en los que se han visto logros.
Es muy importante que algunas veces los padres y las madres vayan al hogar comunitario o jardín infantil y observen a su hijo o hija.
Las madres comunitarias, jardineras o profesionales cuando expresen a los padres y madres las características que les preocupan, deben hacerlo mostrando interés en ayudar, en lugar de plantearlo como una queja o un motivo de exclusión.
B - Persistencia.
Los cambios son graduales, no inmediatos. Una vez se comienzan a utilizar las distintas estrategias, es necesario aprender a esperar los cambios.
Una madre reporta que llegó a pensar que nunca terminarían las pataletas de su hijo en los almacenes por no comprarle algo.
Se mantuvo firme, porque tenía claro que no lo debía malcriar. Siempre le anticipaba con dibujos lo que iba a comprarle y lo que no, hasta que lo logró.
A veces los adultos se desesperan y le ceden al niño o niña en sus rabietas, o lo castigan. Pero esto no le ayudará
En el día a día son muchas las estrategias que favorecen la inclusión, pero en general se pueden agrupar en dos categorías.
Por un lado, las que sensibilizan, y por otro, las que favorecen el reconocimiento del individuo.
Con las de sensibilización, se busca que las personas comprendan las características del niño o niña con autismo y desarrollen sensibilidad hacia sus necesidades.
Con las de reconocimiento, se busca que las personas valoren las capacidades del pequeño y le permitan ocupar un lugar en el grupo social.
C - Sensibilización.
En muchas ocasiones es necesario realizar actividades de sensibilización para favorecer que los demás entiendan al niño o niña con autismo y sean más sensibles a sus necesidades.
Las estrategias de sensibilización tienen como meta cambiar las actitudes de rechazo, que dan lugar a maltratarlo o a aislarlo de las experiencias típicas de los demás niños y niñas de su edad.
A continuación se explican algunas formas de rechazo.
No es fácil imaginar cómo se sentirá un niño o niña con autismo en la familia, en la comunidad o en el jardín.
Podríamos entenderlos un poco más, si nos colocáramos todo un día unos lentes binoculares y un amplificador de sonidos, en un lugar donde hablan otro idioma.
Percibiríamos sólo parte de lo que sucede, nos sentiríamos probablemente aturdidos y confundidos y nuestro comportamiento empezaría a verse muy extraño.
Por lo tanto, es necesario ser sensibles y entender que su forma de percibir el mundo es diferente de la nuestra, y que necesitan el apoyo de quienes lo rodean.
Las siguientes son algunas estrategias que han sido útiles:
“Sentirse como él”.
Una jardinera observó que los niños y niñas dejaban sola a su compañerita con autismo, porque no jugaba como ellos y no les gustaba que a veces ella les quitara sus juguetes.
Los reunió e hizo el siguiente juego: a algunos les puso la condición de no hablar; a otros les pidió que hicieran una serie de actividades pero que debían ignorar a los compañeros del primer grupo.
Entre las actividades estaba tomar un jugo y los que no podían hablar recibieron el jugo con sal en lugar de azúcar; luego, les pidió que realizaran una tarjeta para sus familias, pero al grupo de niños y niñas en silencio no les dio algunos de los materiales necesarios; luego organizaron una ronda, pero no incluyeron a los primeros.
Al finalizar esta serie de actividades, les pidió a los niños y niñas que habían estado en silencio que expresaran lo que habían sentido.
Surgieron las palabras rabia, tristeza, injusticia y muchas otras.
La jardinera entonces les hizo ver que eso mismo sentía muchas veces su compañerita con autismo, y que por eso era necesario ayudarle y no dejarla sola.
“Todos somos diferentes”.
En otra ocasión, una jardinera invitó a los niños y niñas de un grupo a hacer un dibujo de un compañero, mencionando una cualidad o habilidad, así como también algo que debía mejorar.
Hicieron un mural con todos los dibujos y mencionaron muchas habilidades que todos tenían, como también los aspectos en que debían mejorar o necesitaban ayuda.
Hablaron sobre el tema de las diferencias y resaltó que Pedro, al igual que todos los demás, tenía habilidades muy especiales como su forma de dibujar, así como aspectos en los cuales le podían ayudar.
Visto de esta manera, era obvio que no era el único con necesidad de apoyos para mejorar.
Los padres, cuidadores, madres comunitarias y maestros deben ser creativos en diseñar otro tipo de actividades que faciliten entender y aceptar las diferencias, pero también que resalten lo positivo del niño o de la niña con autismo.
D - Identificar y dar a conocer sus logros.
Cuando se empiezan a emplear las estrategias mencionadas en el segundo capítulo, es evidente que los niños y niñas con autismo van logrando aceptar las actividades programadas, permanecer en ellas, acercarse cada vez más a los demás.
Es probable que estos logros les parezcan irrelevantes a algunas personas y los pasen por alto, pues sólo están teniendo en cuenta lo que no hacen como los demás.
Una estrategia muy favorable es resaltar todos los avances que se obtengan, por pequeños que sean, y darlos a conocer a los demás.
En el hogar, los padres deben comunicar a los otros familiares y demás personas a cargo del niño o niña los logros que se perciben; así mismo, la jardinera se los debe comunicar a los padres y a las demás personas que laboran en el jardín.
Desafortunadamente, los padres de familia pueden hacer comentarios como por ejemplo:
“¿Por qué recibieron a ese niño aquí? No quiero que mi hijo esté en su mismo grupo, porque de pronto se comienza a comportar igual.”
Todo esto sucede porque no comprenden que son niños y niñas con los mismos derechos, que también pueden aprender y no se han puesto en su lugar.
Otras barreras para la inclusión son las ideas equivocadas que tienen sobre el autismo o sobre su educación. Entre ellas:
Se cree que no necesitan a los demás y que están muy a gusto cuando están solos.
Se piensa que es injusto enseñarles a estar con otros niños, pues forzarlos a interactuar iría en contra de su naturaleza.
Se piensa que implicarán doble trabajo a la jardinera, especialmente si no saben ir solos al baño o avisar cuando desean ir.
En realidad, el niño o la niña con autismo, puede estar interesado en jugar o participar de las actividades que disfrutan otros niños o niñas, pero no sabe cómo hacerlo.
Si se le brinda el apoyo o se le enseña cómo participar, obtendrá muchos beneficios al hacer parte activa de los diferentes entornos.
Al respecto, una educadora dice:
“Al comienzo parecía que no había posibilidad de entrar en su mundo, pero ¡si se puede! El autismo es muy diferente de lo que nos muestran en la televisión, en la que se ven niños con autismo que se apartan totalmente de su entorno.”
“A lo mejor antes nadie creía que se podía hacer algo con ellos y por eso se mantenían tan apartados. Pero ahora vemos que si se puede; ¡éramos nosotros quienes no queríamos entrar en su mundo!”
“Los padres somos los que tenemos que velar porque los derechos de nuestros hijos se hagan realidad; si nos damos cuenta de que en el lugar donde asiste el niño no hacen nada por él, no nos podemos quedar de brazos cruzados”
2 ¿Cuál debe ser el papel de los adultos frente a la inclusión?
Para poder hacer realidad la inclusión, se requiere, por un lado, una actitud favorable, y por otro, una serie de estrategias prácticas.
Entre las actitudes más favorables de parte de los adultos, están aceptar la realidad y ser persistentes.
A - Aceptar la realidad.
Muchos padres, madres, cuidadores o educadores se niegan a creer que el niño o niña presenta autismo, pues físicamente lo ven como los demás o porque es muy inteligente para algunas cosas.
Reconocer sus diferencias es importante para convencerse de la necesidad de ayudarle.
Una madre dice: “Debemos asumir que el autismo es una realidad, sin romanticismos, sin pensar simplemente que es su personalidad o que es bueno que vea distinto el mundo; si negamos el autismo, entonces no actuamos, lo dejamos pasar, perdemos tiempo”.
En ocasiones, esto se complica cuando otras personas o profesionales insisten en que al niño o niña no le pasa nada y terminan convenciendo a los padres y madres.
Lograr que los padres y las madres acepten la realidad no es algo inmediato.
Si reciben informes sobre su hijo o hija, es importante que les señalen las diferencias respecto a los demás niños y niñas, pero también que les mencionen los aspectos en los que se han visto logros.
Es muy importante que algunas veces los padres y las madres vayan al hogar comunitario o jardín infantil y observen a su hijo o hija.
Las madres comunitarias, jardineras o profesionales cuando expresen a los padres y madres las características que les preocupan, deben hacerlo mostrando interés en ayudar, en lugar de plantearlo como una queja o un motivo de exclusión.
B - Persistencia.
Los cambios son graduales, no inmediatos. Una vez se comienzan a utilizar las distintas estrategias, es necesario aprender a esperar los cambios.
Una madre reporta que llegó a pensar que nunca terminarían las pataletas de su hijo en los almacenes por no comprarle algo.
Se mantuvo firme, porque tenía claro que no lo debía malcriar. Siempre le anticipaba con dibujos lo que iba a comprarle y lo que no, hasta que lo logró.
A veces los adultos se desesperan y le ceden al niño o niña en sus rabietas, o lo castigan. Pero esto no le ayudará
En el día a día son muchas las estrategias que favorecen la inclusión, pero en general se pueden agrupar en dos categorías.
Por un lado, las que sensibilizan, y por otro, las que favorecen el reconocimiento del individuo.
Con las de sensibilización, se busca que las personas comprendan las características del niño o niña con autismo y desarrollen sensibilidad hacia sus necesidades.
Con las de reconocimiento, se busca que las personas valoren las capacidades del pequeño y le permitan ocupar un lugar en el grupo social.
C - Sensibilización.
En muchas ocasiones es necesario realizar actividades de sensibilización para favorecer que los demás entiendan al niño o niña con autismo y sean más sensibles a sus necesidades.
Las estrategias de sensibilización tienen como meta cambiar las actitudes de rechazo, que dan lugar a maltratarlo o a aislarlo de las experiencias típicas de los demás niños y niñas de su edad.
A continuación se explican algunas formas de rechazo.
No es fácil imaginar cómo se sentirá un niño o niña con autismo en la familia, en la comunidad o en el jardín.
Podríamos entenderlos un poco más, si nos colocáramos todo un día unos lentes binoculares y un amplificador de sonidos, en un lugar donde hablan otro idioma.
Percibiríamos sólo parte de lo que sucede, nos sentiríamos probablemente aturdidos y confundidos y nuestro comportamiento empezaría a verse muy extraño.
Por lo tanto, es necesario ser sensibles y entender que su forma de percibir el mundo es diferente de la nuestra, y que necesitan el apoyo de quienes lo rodean.
Las siguientes son algunas estrategias que han sido útiles:
“Sentirse como él”.
Una jardinera observó que los niños y niñas dejaban sola a su compañerita con autismo, porque no jugaba como ellos y no les gustaba que a veces ella les quitara sus juguetes.
Los reunió e hizo el siguiente juego: a algunos les puso la condición de no hablar; a otros les pidió que hicieran una serie de actividades pero que debían ignorar a los compañeros del primer grupo.
Entre las actividades estaba tomar un jugo y los que no podían hablar recibieron el jugo con sal en lugar de azúcar; luego, les pidió que realizaran una tarjeta para sus familias, pero al grupo de niños y niñas en silencio no les dio algunos de los materiales necesarios; luego organizaron una ronda, pero no incluyeron a los primeros.
Al finalizar esta serie de actividades, les pidió a los niños y niñas que habían estado en silencio que expresaran lo que habían sentido.
Surgieron las palabras rabia, tristeza, injusticia y muchas otras.
La jardinera entonces les hizo ver que eso mismo sentía muchas veces su compañerita con autismo, y que por eso era necesario ayudarle y no dejarla sola.
“Todos somos diferentes”.
En otra ocasión, una jardinera invitó a los niños y niñas de un grupo a hacer un dibujo de un compañero, mencionando una cualidad o habilidad, así como también algo que debía mejorar.
Hicieron un mural con todos los dibujos y mencionaron muchas habilidades que todos tenían, como también los aspectos en que debían mejorar o necesitaban ayuda.
Hablaron sobre el tema de las diferencias y resaltó que Pedro, al igual que todos los demás, tenía habilidades muy especiales como su forma de dibujar, así como aspectos en los cuales le podían ayudar.
Visto de esta manera, era obvio que no era el único con necesidad de apoyos para mejorar.
Los padres, cuidadores, madres comunitarias y maestros deben ser creativos en diseñar otro tipo de actividades que faciliten entender y aceptar las diferencias, pero también que resalten lo positivo del niño o de la niña con autismo.
D - Identificar y dar a conocer sus logros.
Cuando se empiezan a emplear las estrategias mencionadas en el segundo capítulo, es evidente que los niños y niñas con autismo van logrando aceptar las actividades programadas, permanecer en ellas, acercarse cada vez más a los demás.
Es probable que estos logros les parezcan irrelevantes a algunas personas y los pasen por alto, pues sólo están teniendo en cuenta lo que no hacen como los demás.
Una estrategia muy favorable es resaltar todos los avances que se obtengan, por pequeños que sean, y darlos a conocer a los demás.
En el hogar, los padres deben comunicar a los otros familiares y demás personas a cargo del niño o niña los logros que se perciben; así mismo, la jardinera se los debe comunicar a los padres y a las demás personas que laboran en el jardín.
“Hoy llevamos a todos los niños al parque; ya no tuvimos problema con Luis, porque antes se quería ir corriendo por todas partes. Le llevamos los dibujos de la secuencia de actividades y cuando le mostramos que se quedara columpiando, lo hizo. ¡Anímense a seguir llevándolo al parque!”
3 ¿Cuál es el impacto de la inclusión de un niño o una niña con autismo, en sus compañeros?
Hasta ahora se ha dicho que la inclusión es importante para favorecer el desarrollo de los niños y las niñas con autismo.
Adicionalmente, las jardineras que han tenido esta experiencia, reportan que también los demás niños y niñas se benefician, por las siguientes razones:
Desarrollan sensibilidad, solidaridad, capacidad de ponerse en el lugar del otro, capacidad de aceptar las diferencias, deseos de colaborar.
Por lo tanto, se vuelven más tolerante.
Adquieren más fácilmente hábitos y normas, porque la jardinera emplea, para todos los niños, las estrategias visuales que ha aprendido para organizar el horario y transmitir con claridad los comportamientos esperados.
Aprenden a ser más observadores y a resaltar los logros de todos sus compañeros.
4 ¿Cuáles habilidades se deben enseñar al niño o a la niña?
El niño o la niña con autismo debe tener las mismas metas que los demás, correspondientes a su edad.
Sin embargo, muchas veces es necesario comenzar por enseñarles otras habilidades, las cuales usualmente no se enseñan a los demás, porque las aprenden solos.
Son habilidades fundamentales para lograr que el niño o la niña con autismo participe activamente en los diferentes espacios y actividades sociales:
Aceptar la presencia de otros niños, niñas y adultos.
Aceptar las actividades programadas
Imitar lo que otros hacen
Comunicar deseos y necesidades
Usar los objetos apropiadamente
Detectar riesgos
A continuación se explica cada una de ellas.
A - Aceptar la presencia de otros niños y otras niñas.
Un niño o una niña con autismo puede disfrutar de estar solo porque le resulta más fácil que intentar interactuar con otros.
Puede enojarse porque le cogen un objeto de su interés y no sabe cómo recuperarlo, o insiste en realizar una y otra vez la misma actividad porque ya la domina y se siente seguro de poder hacerla.
Para ayudarle a que acepte estar con otros niños o niñas y comparta con ellos diferentes actividades, se pueden emplear varias estrategias pero todas deben tener algo en común: el niño o niña debe asociar la presencia de otros niños con situaciones agradables o con situaciones en las que recibe ayuda de ellos.
Para lograrlo se proponen las siguientes estrategias:
3 ¿Cuál es el impacto de la inclusión de un niño o una niña con autismo, en sus compañeros?
Hasta ahora se ha dicho que la inclusión es importante para favorecer el desarrollo de los niños y las niñas con autismo.
Adicionalmente, las jardineras que han tenido esta experiencia, reportan que también los demás niños y niñas se benefician, por las siguientes razones:
Desarrollan sensibilidad, solidaridad, capacidad de ponerse en el lugar del otro, capacidad de aceptar las diferencias, deseos de colaborar.
Por lo tanto, se vuelven más tolerante.
Adquieren más fácilmente hábitos y normas, porque la jardinera emplea, para todos los niños, las estrategias visuales que ha aprendido para organizar el horario y transmitir con claridad los comportamientos esperados.
Aprenden a ser más observadores y a resaltar los logros de todos sus compañeros.
4 ¿Cuáles habilidades se deben enseñar al niño o a la niña?
El niño o la niña con autismo debe tener las mismas metas que los demás, correspondientes a su edad.
Sin embargo, muchas veces es necesario comenzar por enseñarles otras habilidades, las cuales usualmente no se enseñan a los demás, porque las aprenden solos.
Son habilidades fundamentales para lograr que el niño o la niña con autismo participe activamente en los diferentes espacios y actividades sociales:
Aceptar la presencia de otros niños, niñas y adultos.
Aceptar las actividades programadas
Imitar lo que otros hacen
Comunicar deseos y necesidades
Usar los objetos apropiadamente
Detectar riesgos
A continuación se explica cada una de ellas.
A - Aceptar la presencia de otros niños y otras niñas.
Un niño o una niña con autismo puede disfrutar de estar solo porque le resulta más fácil que intentar interactuar con otros.
Puede enojarse porque le cogen un objeto de su interés y no sabe cómo recuperarlo, o insiste en realizar una y otra vez la misma actividad porque ya la domina y se siente seguro de poder hacerla.
Para ayudarle a que acepte estar con otros niños o niñas y comparta con ellos diferentes actividades, se pueden emplear varias estrategias pero todas deben tener algo en común: el niño o niña debe asociar la presencia de otros niños con situaciones agradables o con situaciones en las que recibe ayuda de ellos.
Para lograrlo se proponen las siguientes estrategias:
COMPARTIR UN JUGUETE
Se debe aprovechar el interés natural que todo los niños y las niñas sienten hacia los juguetes. Se puede programar que algunos días traigan juguetes de la casa, para que los intercambien en el jardín.
Desde casa, se le debe anticipar que el juguete que lleva no será solo para él, sino que lo compartirá con otros.
Así mismo, se debe cuidar que otro niño o niña traiga un juguete del agrado de su compañerito con autismo para que lo intercambie con él o ella y el niño o niña con autismo experimente placer al compartir o descubra nuevos juguetes que le resulten atractivos.
Desde casa, se le debe anticipar que el juguete que lleva no será solo para él, sino que lo compartirá con otros.
Así mismo, se debe cuidar que otro niño o niña traiga un juguete del agrado de su compañerito con autismo para que lo intercambie con él o ella y el niño o niña con autismo experimente placer al compartir o descubra nuevos juguetes que le resulten atractivos.
COMPARTIR EL MOMENTO DE LA ALIMENTACION
Para todos los seres humanos el momento de la alimentación se convierte en una actividad social.
Por tanto, en el hogar y en el jardín se le debe sacar provecho a esta condición.
Se puede programar que algunos días los niños y niñas lleven alimentos de diferentes tipos, (cuidando que sean del agrado del niño o niña con autismo) para ser puestos en un mismo lugar y compartirlos en grupo.
También se puede elegir a un niño o niña diferente cada día para ayudar a repartir los alimentos a los demás.
El niño o niña con autismo aprenderá a recibir lo que le agrada de otros y además, pero también a participar de actividades placenteras para otros.
Por tanto, en el hogar y en el jardín se le debe sacar provecho a esta condición.
Se puede programar que algunos días los niños y niñas lleven alimentos de diferentes tipos, (cuidando que sean del agrado del niño o niña con autismo) para ser puestos en un mismo lugar y compartirlos en grupo.
También se puede elegir a un niño o niña diferente cada día para ayudar a repartir los alimentos a los demás.
El niño o niña con autismo aprenderá a recibir lo que le agrada de otros y además, pero también a participar de actividades placenteras para otros.
ACTIVIDADES EN LAS QUE SE NECESITAN DOS
Resulta estratégico planear actividades que sólo tienen sentido si hay dos niños o niñas.
En un jardín los padres elaboraron carritos de balineras, halados por una cuerda; un niño se montaba, el otro lo halaba.
Luego intercambiaban. Esto aumentó la interacción entre el niño con autismo y sus compañeros, porque comenzó a buscar a otros niños para realizar esta actividad.
Otros ejemplos de actividades donde se necesitan dos, son: un balancín, solo funciona si hay un niño o una niña de cada lado; para saltar la cuerda se necesitan dos que den vuelta y otro que salte; los triciclos con un asiento en la parte trasera, igualmente requieren de un niño que conduzca, y de otro que sea el pasajero.
En un jardín los padres elaboraron carritos de balineras, halados por una cuerda; un niño se montaba, el otro lo halaba.
Luego intercambiaban. Esto aumentó la interacción entre el niño con autismo y sus compañeros, porque comenzó a buscar a otros niños para realizar esta actividad.
Otros ejemplos de actividades donde se necesitan dos, son: un balancín, solo funciona si hay un niño o una niña de cada lado; para saltar la cuerda se necesitan dos que den vuelta y otro que salte; los triciclos con un asiento en la parte trasera, igualmente requieren de un niño que conduzca, y de otro que sea el pasajero.
PARES TUTORES
Es importante que asocie a sus compañeros con la ayuda que recibe de ellos, para que su presencia adquiera mayor importancia. No es bueno que el niño o la niña se acostumbre a que sea siempre el adulto quien le ayuda.
Por esto, los padres, las madres, los cuidadores y las jardineras deben propiciar situaciones en las que otros niños o niñas le ayuden.
Se debe detectar si muestra agrado por algún niño o niña en particular en el grupo, por el que sienta más apego, para que sea quien le ayude en diferentes situaciones.
B - Aceptar las actividades programadas.
Es común que los niños y las niñas con autismo quieran hacer otras cosas diferentes, porque tienen muy pocos intereses y quieren ocuparse en ellos de manera repetitiva.
Esto se debe a la forma como funciona su cerebro, no se debe a que sean malcriados o quieran hacer enojar a las personas.
Pueden incluso enojarse mucho, agredir o hacerse daño a sí mismos si se les interrumpe algo de su agrado.
Por esta razón, muchas veces los padres, las madres, los cuidadores o las jardineras prefieren dejarlo haciendo lo que le gusta, pero esto no está bien porque limita su desarrollo.
Ellos deben aprender a aceptar lo que les proponen para ampliar sus intereses.
Los niños o niñas con autismo que se dejan sin dirección aumentan sus comportamientos extraños y se van aislando cada vez más.
Para lograr que acepten las actividades programadas existen diferentes estrategias, como las que se mencionan a continuación:
Redirigir: Tanto en casa como en el hogar comunitario o en el jardín, es necesario elaborar una agenda visual de las actividades que se van a realizar.
Si la niña o el niño insiste en hacer otra cosa, el adulto o un compañero lo debe redirigir, esto es, guiarlo para que realice lo que estaba planeado, mostrándole en la agenda visual lo que corresponde al momento.
Si se enoja, no se le debe regañar, pues esto será peor, pero no se le debe dejar que vuelva a su actividad repetitiva.
Por esto, los padres, las madres, los cuidadores y las jardineras deben propiciar situaciones en las que otros niños o niñas le ayuden.
Se debe detectar si muestra agrado por algún niño o niña en particular en el grupo, por el que sienta más apego, para que sea quien le ayude en diferentes situaciones.
B - Aceptar las actividades programadas.
Es común que los niños y las niñas con autismo quieran hacer otras cosas diferentes, porque tienen muy pocos intereses y quieren ocuparse en ellos de manera repetitiva.
Esto se debe a la forma como funciona su cerebro, no se debe a que sean malcriados o quieran hacer enojar a las personas.
Pueden incluso enojarse mucho, agredir o hacerse daño a sí mismos si se les interrumpe algo de su agrado.
Por esta razón, muchas veces los padres, las madres, los cuidadores o las jardineras prefieren dejarlo haciendo lo que le gusta, pero esto no está bien porque limita su desarrollo.
Ellos deben aprender a aceptar lo que les proponen para ampliar sus intereses.
Los niños o niñas con autismo que se dejan sin dirección aumentan sus comportamientos extraños y se van aislando cada vez más.
Para lograr que acepten las actividades programadas existen diferentes estrategias, como las que se mencionan a continuación:
Redirigir: Tanto en casa como en el hogar comunitario o en el jardín, es necesario elaborar una agenda visual de las actividades que se van a realizar.
Si la niña o el niño insiste en hacer otra cosa, el adulto o un compañero lo debe redirigir, esto es, guiarlo para que realice lo que estaba planeado, mostrándole en la agenda visual lo que corresponde al momento.
Si se enoja, no se le debe regañar, pues esto será peor, pero no se le debe dejar que vuelva a su actividad repetitiva.
Aprovechar sus intereses: Los niños y las niñas con autismo tienen intereses muy intensos.
Estos se pueden aprovechar para motivarle a realizar otras actividades de menor interés. Por ejemplo, si les gusta un personaje de televisión, puede ser la imagen que se utilice para que acepten recortar
Estos se pueden aprovechar para motivarle a realizar otras actividades de menor interés. Por ejemplo, si les gusta un personaje de televisión, puede ser la imagen que se utilice para que acepten recortar
Intercambiar actividades: Cuando no aceptan una actividad, resulta muy efectivo planear una actividad de corta duración y a continuación, otra que le agrade mucho.
Esto debe estar planeado de antemano. No es conveniente esperar hasta que demuestre rechazo a una tarea para sugerirle que luego se hará otra de su agrado, pues el niño o niña aprenderá a manipular.
C - Imitar lo que otros hacen.
Para participar activamente de las actividades que todos realizan, es necesario que los niños y niñas se imiten unos a otros.
Esto permite que aprendan mucho más, porque no todo lo pueden enseñar los adultos.
Muchos niños y niñas con autismo no se detienen a observar la conducta de los demás y por tanto no los imitan.
Otras veces los observan, pero no saben cómo hacer eso mismo.
Nuestro cerebro tiene la capacidad de copiar los movimientos y gestos de los otros, de una manera instintiva, a través de unas neuronas denominadas Neuronas Espejo, las cuales se activan al ver lo que otros hacen.
Pero se ha descubierto que el cerebro de las personas con autismo no tiene esa misma capacidad.
Por esto, el proceso de enseñarles a imitar debe ser mucho más dirigido.
Los siguientes son los pasos, en su orden, que se deben seguir para que aprendan a imitar:
Esto debe estar planeado de antemano. No es conveniente esperar hasta que demuestre rechazo a una tarea para sugerirle que luego se hará otra de su agrado, pues el niño o niña aprenderá a manipular.
C - Imitar lo que otros hacen.
Para participar activamente de las actividades que todos realizan, es necesario que los niños y niñas se imiten unos a otros.
Esto permite que aprendan mucho más, porque no todo lo pueden enseñar los adultos.
Muchos niños y niñas con autismo no se detienen a observar la conducta de los demás y por tanto no los imitan.
Otras veces los observan, pero no saben cómo hacer eso mismo.
Nuestro cerebro tiene la capacidad de copiar los movimientos y gestos de los otros, de una manera instintiva, a través de unas neuronas denominadas Neuronas Espejo, las cuales se activan al ver lo que otros hacen.
Pero se ha descubierto que el cerebro de las personas con autismo no tiene esa misma capacidad.
Por esto, el proceso de enseñarles a imitar debe ser mucho más dirigido.
Los siguientes son los pasos, en su orden, que se deben seguir para que aprendan a imitar:
1-ENFOCARSE EN EL MODELO
“Mira a Juana!”
2 - PEDIRLE QUE IMITE
“Haz esto”
Esta es la forma adecuada de pedirle que imite
Se le dice: “Haz lo mismo que Carlos”. Si se espera que imite lo mismo que el adulto se le dice “Haz esto:...” No se le dice explícitamente la acción esperada, porque esto no sería imitar sino seguir una orden.
3– GUIARLO PARA IMITAR
Si el niño o la niña no comienza a imitar, se le guía para que lo haga. Puede ser el mismo que hace el modelo, o una tercera persona, para que siempre tenga en frente el modelo que se espera que imite.
4 -ELOGIARLO POR IMITAR
Se le debe elogiar claramente por estar haciendo lo mismo que el modelo. Esto lo motivará a seguir imitando las acciones que otros hacen, puesto que le queda claro lo que se espera que haga.
Algunos niños y algunas niñas con autismo no logran hacer lo anterior, pues muy pocas veces se fijan en lo que los demás hacen. En este caso es necesario comenzar con una estrategia sencilla y práctica:
Algunos niños y algunas niñas con autismo no logran hacer lo anterior, pues muy pocas veces se fijan en lo que los demás hacen. En este caso es necesario comenzar con una estrategia sencilla y práctica:
5- IMITAR AL NIÑO
En ciertos momentos dedíquese a imitar acciones o juegos que el niño o niña hace, hasta que él o ella se den cuenta y se vuelva un juego estar haciendo lo mismo.
Esto permite que el niño o niña comience a fijarse más en la conducta de las otras personas.
Esto permite que el niño o niña comience a fijarse más en la conducta de las otras personas.
D - Comunicar deseos e intereses.
Es frecuente que muchos niños o niñas con autismo no logren expresar claramente lo que desean y utilicen formas de comunicarse que resultan extrañas o molestas:
Llevan de la mano hacia lo que desean, sin mirar al adulto (como si la persona fuera un objeto o herramienta).
Lloran, se hacen daño a sí mismos o a otros.
“¿Quieres dar un jugo a mí?”
“Luis, quieres agua?”
“Quieres parque”
Usan frases como si ellos fueran otra persona.
La comunicación es ESENCIAL para que la inclusión sea una realidad. La falta de comunicación genera mucha frustración y hace que las personas se aíslen.
Muchas personas con autismo tienen problemas para comunicarse, porque no logran organizar claramente las palabras.
Es muy similar a cuando se está aprendiendo otro idioma. Por esto se le debe ayudar.
Algunos niños con autismo tienen algunas palabras, pero las usan muy pocas veces o de forma incorrecta. En este caso, se deben seguir estos pasos:
Entender lo que el niño quiere comunicar.:
Algunas veces es muy sencillo saber qué es lo que el niño quiere comunicar.
Otras veces es necesario observar, pensar, recordar otras situaciones parecidas. El adulto en su mente debe responder estas preguntas, pensando siempre cuál puede ser el significado del comportamiento del niño o niña:
Por esto, es necesario utilizar inicialmente las imágenes como apoyo, de la forma como se describe a continuación:
La comunicación es ESENCIAL para que la inclusión sea una realidad. La falta de comunicación genera mucha frustración y hace que las personas se aíslen.
Muchas personas con autismo tienen problemas para comunicarse, porque no logran organizar claramente las palabras.
Es muy similar a cuando se está aprendiendo otro idioma. Por esto se le debe ayudar.
Algunos niños con autismo tienen algunas palabras, pero las usan muy pocas veces o de forma incorrecta. En este caso, se deben seguir estos pasos:
Entender lo que el niño quiere comunicar.:
Algunas veces es muy sencillo saber qué es lo que el niño quiere comunicar.
Otras veces es necesario observar, pensar, recordar otras situaciones parecidas. El adulto en su mente debe responder estas preguntas, pensando siempre cuál puede ser el significado del comportamiento del niño o niña:
Por esto, es necesario utilizar inicialmente las imágenes como apoyo, de la forma como se describe a continuación:
Elaborar una lista de lo que le gusta al niño o niña.
“A Juan le encantan las chocolatinas, las burbujas de jabón…”
Hacer dibujos y pegarlos en fichas o pedazos de cartón.
E - Usar los objetos para lo que son.
Muchas veces los niños o las niñas utilizan los objetos de forma extraña o repetitiva. Esto se debe evitar. No se les debe regañar ni gritar. Se les muestra el uso real y se les ayuda para que imiten el modelo adecuado.
Por ejemplo, algunos pueden voltear un carro y se dedican a girar sus llantas en lugar de usarlo como un carro de juego.
El adulto o un compañero debe mostrarle cómo halarlo, cómo llevarlo por un camino.
Referencia : Instituto Colombiano de Bienestar Familiar(ICBF)en alianza con Sense Internacional (Latinoamérica), INCI, INSOR, Habilitat, la Fundación Niñez y Desarrollo, la Fundación Integrar y la Fundación Fe.
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Por ejemplo, algunos pueden voltear un carro y se dedican a girar sus llantas en lugar de usarlo como un carro de juego.
El adulto o un compañero debe mostrarle cómo halarlo, cómo llevarlo por un camino.
Referencia : Instituto Colombiano de Bienestar Familiar(ICBF)en alianza con Sense Internacional (Latinoamérica), INCI, INSOR, Habilitat, la Fundación Niñez y Desarrollo, la Fundación Integrar y la Fundación Fe.
20 comentarios:
Hola Mª Gloria.
Soy Ricard (Aller es historia...)
Solo he conseguido publicar el comentario poniendome como anonimo. No se porque.
Gracias por facilitar la vida a quienes siguen tus consejos.
Como siempre, tu labor desinteresada no tiene precio.
Un abrazo fuerte y besitos a mi querida Jazmin.
Ricard
me encantó esta entrada!!!! me la llevo! y la difundo! ;) besos a jazmin
Ricard mi blog es un desastre hay veces que ni yo misma puedo entrar jajaj gracias por el comentario, besos
Gracias Euge por ayudarme a difundir, besos
Pedazo de entrada!!Maravillosa...ya te imaginas que te la robo,ja,ja...un beso!
Ay gracias Cristina todo tuyo,besitos
Pásate por mi blog que te he dejado un regalito, muy merecido.
Saludos.
Lo explicas muy bien,Ay si el mundo oyera. Somos el día y la noche, vos y yo, pero eso no quita que te quiera mucho! y que esto que dices sea una "biblia" para padres, deucadores y todos los elementos componentales de esta Sociedad.Cariños. María.
Mil gracias Verónica!!!! más tarde paso a retirar, besitos
Gracias María!!!! también te quiero mucho y te admiro, besos
Maria Gloria:
Excelente entrada, te la "robo" para mi blog de inclusión educativa, estoy segura que ayudará a muchos.
Cariños,
Rosio
Siiii Rosío gracias!!! no conozco tu blog de inclusión voy a pasar a conocer, besitos
Encantador Súpermamiabu, también te lo robaré jejeje
Les envío besitos, a mi florcita .✿ڿڰۣ--ڿڰ...un mundo de ♥.•´¯`•.¸¸.•ƸӜƷ
Gracias Graciela por ayudarnos siempre a difundir sobre el autismo, besitos
Hola MAria Gloria, gracias por tu visita y que tengas un muy feliz cumpleaños.
Claudia muchisimas gracias!!!! besos
Que bom que aqui no seu blog muitas pessoas podem entender melhor o que é o altismo. Aqui se tem muita informação necessaria pra ajudar pessoas com mesmo problema. Um beijo no coração!
Smareis
Gracias por tus palabras Smareis, un beso enorme
Gracias Maria Gloria!!! Que buena entrada!! Te felicito, y me sentia mal por decirte que te a iba a robar...pero veo que no soy la primera, ni la ultima seguramente!! jajaj!! Si me decido a seguir adelante con mi blog, la difundire, pero por ahora te la imprimo para mi maestra integradora!!!!! Y hay un monton de cosas que me van a ayudar a mi!! Beosssssssssssssss a la princesa
Gracias Bettina1!!! ojalá vuelvas pronto al mundo bloguero, te vamos a extrañar, besos
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